Enésima adaptación de Rin Tin Tin para la pequeña pantalla. Nuevamente un perro bastante espabilado copa el protagonismo de todas las historias, ayudando a su amo y protagonizando situaciones más o menos vistas. Todo muy manido y trillado. De hecho toda la serie es una excusa para el lucimiento del can y sus habilidades detectivescas.
En resumen: Chucho policía persiguiendo facinerosos. A tenor de las acartonadas interpretaciones de los actores se comprende que el perro brille con luz propia.
Entretenida; prefiero la primera temporada, con los originales; el protagonista que retomo el papel le quita demasiado protagonista a Rex. El perro, la verdadera estrella; lo que daria por tener un bicho asi.